martes, 26 de junio de 2007

Ama de casa desesperada II



Yo( tambièn) supuse que no volverìa a escribir desde el rol de ama de casa desesperada.

A veces sobrevuelo eso llamado realidad.Ultimamente estoy pisando ese boceto surrealista

como los condenados a prisiòn de la pelis, con una cadena que lo ata a una bola

supuestamente pesada que impide que despliegue las alas.
O mejor una metàfora femenina de Sìsifo!

Que le sucede a un ama de casa desesperada al borde del ataque de nervios con

una sobredosis de realidad en un paìs llamado Argentina en tiempos de preeleccionarios? Sì.Socorroooooooooooooooooooooooooooo!!! Help me now please!!!

S.O.S.Socorrooooooooooo!!! Un ùtero no tanàtico para meterme!!!`

Le sucede que le sucede lo que le sucede dependiendo del sitio donde se encuentre.

Tengo un rebrote no solo de fobia y panic attack como el año pasado sino que creo

que me pasan cosas muy raras.

Ayer sin ir màs lejos ,la verdulerìa del barrio se me figurò Tiffany's .
Por supuesto no estaba Truman Capote ni servìan el desayuno.
De pronto me sentì la protagonista de Breakfast at Tiffany's y mientras
sonaba en mis oìdos la versiòn de Henry Mancini de"Moon river",
la tentaciòn, el pecado me llamaba...un rojo y jugoso tomate,de dimensiones increibles
me seducìa desde un cajòn vetusto ( para mi era un estuche) en la verdulerìa.
Ah parece que ademàs de Capote, dentro de mi estaban, mi Sancho y mi Quixote.
Ay de mi...El tomate cual diamante brillaba.Introduje mis manos en la cartera.Estuve a punto de hablar al mismo tiempo que intentaba encontrar algo en mi billetera.Desisitì.Pensè, onanista, yo, en los echalottes que tengo guardados en casa y en la orgìa que podrìa paladear con una ensaladita de tomates con echalottes y con una buena copa de coca Zero.
Me acobardò la memoria , mis principios morales fluyeron , recordè que estoy atravesada por la cultura de la culpa de la religiòn judeocristiana y por los haberes que percibo.Salì de allì desconsolada, arrastrando la bola que me mantenìa en contacto con esa cosa grotesca llamada realidad y corroborè que no estaban Capotte,ni Breakfast at Tiffany's , ni el tomate.Ya no sonaba "Moon river".

En cambio la radio anunciaba los ìndices del INDEC. Me preguntè que estupefacientes estarìan consumiendo los estadìsti@s del INDEC. Aunque despuès tuve la tentaciòn de conseguir el nùmero y llamarlos para solicitarles la direcciòn donde podrè encontrar la canasta familiar descripta a novecientos pesos.

Desistì ya que la radio me daba la oportunidad de escuchar còmo los polìticos por la boca mueren.

La pasiòn de un ama de casa desesperada.
Un escena que Shakespeare, de haberla visto, hubiese re creado
con un protagonista con una calavera en la mano.En este caso una mujer, una gòndola y un trozo de queso parmesano.
Acto siguiente el señor que atiende en la carnicerìa afilaba el cuchillo y revoleaba
un lomo que me encegueciò como una visiòn espectral.
Me persignè y saquè medio rivotril y me lo tomè , antes de pasar por la gòndola de los yogures ,
actimel y activia a la que estoy condenada de por vida.
No entrar en pànico ante los yogurts repito mentalmente como si fuese un mantra ,
respiro hondo como me enseño mi coach.
Pienso llamar a mi psicoanalista y con celular en mano recuerdo que
es larga distancia.
Para què seguir contando las pruebas que ni Castaneda describiò en el camino del guerrero?

El cìrculo que me toco recorrer sin el Dante, y que responde a la farmacia, lo dejo para despuès.


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