jueves, 16 de agosto de 2007

Nessun Dorma - TURANDOT - Mùsica:Giacomo Antonio Domenico Michele Secondo Maria Puccini - Letra: Giuseppe Adami y Renato Simoni



Mucho màs que un cuento chino

Epoca indeterminada.
Junto a la muralla de Pekín, un mandarín da lectura a un decreto
ante el pueblo allí congregado. Según la ley, dice, la princesa Turandot sólo se casará con
el príncipe de sangre real que sea capaz de resolver las tres adivinanzas que le propongan;
el fracaso en la empresa supone a la vez la muerte, y ésta es la pena que aguarda al príncipe
de Persia, que ha fracasado en su intento. El pueblo pide la sangre del príncipe; los guardias
empujan a la multitud, que a su vez va en tropel hacia el palacio
El Príncipe Desconocido ha quedado deslumbrado ante la belleza de Turandot. Cuando pasa el cortejo, con los sacerdotes, el Príncipe decide quedarse allí a pesar de todo.
En la lejanía se escucha la voz del Príncipe de Persia: "¡Turandot!" y el vocerío de la multitud cuando ha sido ejecutado. El Príncipe decide presentarse a la prueba y hace sonar el gong ceremonial para anunciarlo.tratan de disuadirle de su propósito
Turandot no es más que una mujer como las otras y que no merece la pena arriesgarse por ella, ya que su suerte será la misma que la de los otros pretendientes. Su charla es interrumpida por las sirvientas de Turandot, que les ordenan silencio.para no turbar el descanso de su dueña. Pero pronto los ministros reanudan su charla. La sombra de los pretendientes de Turandot, muertos en el intento de conseguirla, vuelan sobre ellos. Finalmente, el Príncipe ahuyenta a las "máscaras", pero su padre y después Liu ("Signore, ascolta" "Escucha, mi señor") tratan de disuadirle, diciéndole que los dos morirán si el Príncipe persiste en su actitud. Él se conmueve ante los ruegos: "Non piangere, Liu" ("No llores, Liu"), pero sigue firme en su resolución, por lo que los cinco le piden que abandone su empresa, petición reforzada por voces ocultas que le advierten de una muerte segura. En el momento más elevado, el Príncipe llama por tres veces a Turandot y golpea, también por tres veces, el gong, comprometiéndose como pretendiente a la mano de Turandot o a la muerte...
Turandot plantea la primera adivinanza; el Príncipe responde rápidamente: "Esperanza". Los ancianos abren sus rollos y comprueban. La respuesta es correcta. La segunda adivinanza tiene también la respuesta adecuada: "Sangre". La expectación de los asistentes sube de grado. Ante la tercera pregunta: "Gelo che ti da foco?" ("¿Cuál es el hielo que te inflama?"), el príncipe duda un momento, pero pronto responde: "Turandot". Ante la alegría de todos, el Príncipe ha triunfado. El emperador y el pueblo declaran que el juramento obliga y Turandot debe aceptarlo. jardín del palacio. En la distancia se oye a los heraldos que proclaman una orden de Turandot: "Nessun dorma" ("Que nadie duerma"); el nombre del Príncipe debe ser descubierto bajo pena de muerte. El Príncipe recoge las palabras en una aria a la que se une un coro de voces entre bastidores. Se acercan Ping, Pang y Pong, tratando de persuadirle de que abandone su intento, que está llenando de terror a Pekín, para lo que le ofrecen bellas muchachas y cofres de oro y joyas. También el pueblo se une a la petici6n de los tres nobles, pero el príncipe sigue firme en su pretensión.

De repente, entra un grupo de soldados llevando con ellos a Timur y a Liu, que habían sido vistos antes con el príncipe: "Eccolo il nome" ("Aquí está el nombre"), exclaman. El Príncipe dice que ellos no saben nada, pero el pueblo no hace caso. Se pide la presencia de Turandot.

En su aria "Tu che di gel sei cinta" ("Tú, que estás rodeada de hielo") predice que Turandot cederá finalmente ante el príncipe, así como su propia muerte. Y sacando un puñal se da muerte, cayendo a los pies del príncipe, sin haber revelado su nombre.

(Aquí termina la música compuesta por Puccini).

Salen todos, excepto el Prìncipe y Turandot. É1 recrimina a Turandot por su dureza, y Turandot, que al principio rechaza al pretendiente, diciendo que ella es sagrada y que no debe profanarla, acepta que él la bese apasionadamente. Mientras se escuchan a lo lejos unas voces femeninas, Turandot empieza a ablandarse. Un coro infantil entona un himno a la mañana. Profundamente consternada por haber sido vencida por el Príncipe, Turandot llora por primera vez. Y le pide que la deje, victorioso, pues aún no ha podido conocer su nombre, pero él entonces se lo dice: Calaf, hijo de Timur; ahora ella, si quiere, puede matarlo.

La breve escena final ocurre ante el palacio en donde la mutitud rinde homenaje al Emperador. Turandot trae a Calaf, y dice a su padre que ya conoce el nombre del extranjero:

"Il suo nome e Amor" ("Su nombre es Amor"). El pueblo canta lleno de júbilo.


Fuente: promusica.net.ar - òperas - argumentos

Nessun dorma! nessun dorma!
tu pure, o principessa,
nella tua fredda stanza
guardi le stelle
che tremano d'amore
e di speranza.
Ma il mio mistero é chiuso in me,
il nome mio nessun saprà!
no, no, sulla tua bocca lo dirò
quando la luce splenderà!
Ed il mio bacio scioglierà il silenzio
che ti fa mia!
Dilegua, o notte!
tramontate, stelle!
tramontate, stelle!
all'alba vincerò!
vincerò, vincerò!

vincerò!


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