sábado, 12 de mayo de 2007

Gabriela Mistral - Gènero y equidad en 1900




Es preciso que la mujer deje de ser mendiga de protección;
y pueda vivir sin que tenga


que sacrificar su felicidad con uno de los repugnantes matrimonios modernos;


o su virtud con la venta indigna de su honra.



Porque casi siempre la degradación de la mujer se debe a su desvalimiento.




¿Qué religión más digna que la que tiene el sabio?


¿Qué Dios más inmenso que aquel ante el cual se postra el astrónomo


después de haber escudriñado los abismos de la altura?




En todas las edades del mundo en que la mujer ha sido la bestia


de los bárbaros y la esclava de los civilizados,


¡cuánta inteligencia perdida en la oscuridad de su sexo!


Que sea la Estela que sueña en su obra Flammarion;


compartiendo con el astrónomo la soledad excelsa de su vida;


la Estela que no llora la pérdida de sus diamantes ni vive infeliz


lejos de la adulación que forma el vicio deplorable de la mujer elegante.


Honor a los representantes del pueblo que en sus programas de trabajo


por él incluyan la instrucción de la mujer; a ellos que se proponen


luchar por su engrandecimiento, ¡éxito y victoria!.


¡cuántos genios no habrán vivido en la esclavitud vil,


inexplotados, ignorados!




Que algo más que la virtud le haga acreedora al respeto,


a la admiración y al amor.
Tendréis en el bello sexo instruido, menos miserables,


menos fanáticas y menos mujeres nulas.
Que con todo su poder, la ciencia que el Sol, irradie en su cerebro.
Que la ilustración le haga conocer la vileza de la mujer vendida,


la mujer depravada.


Y le fortalezca para las luchas de la vida.
¡Más porvenir para la mujer, más ayuda!


Búsquesele todos los medios para que pueda vivir sin mendigar la protección.










Fragmento de




LUCILA GODOY ALCAYAGA


Vicuña, 8 de marzo de 1906.


(Fuente: Antología de Gabriela Mistral, Selección de María Luisa Pérez,


Editorial Las Orquídeas, año 1995).








La preocupación por las reivindicaciones y equidad de género de la mujer


no son solo de este siglo ni de esta generación, como lo denuncia la gran poetisa con


fuerza a comienzos del 1900.






Arte: Ricardo Celma
Un destino para Psyche,
ser como dioses y conocer el bien y el mal Tríptico,
Óleo sobre tela220 x 150 cm

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